“Yo he dejado el alcohol”, me decía, pero, “cuando vayas a un buen supermercado o a una vinoteca, hazme el favor de fijarte en cuántos whiskys diferentes te encuentras, y cuantos cognacs”. Por entonces, yo bebía Delamain, y, asombrado por la inmensa gama de whiskys, fue como empecé a apreciar el espirituoso escocés. En cambio, insistía… Leer más
Libros
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