Aquí van 7 sugerencias para regalar un libro en la próxima fiesta de la Epifanía:

1. Noticias de Berlín, de Cees Nooteboom (Siruela). En el año en el que hemos rememorado, veinticinco años después, la caída del muro de Berlín, no conozco una crónica más lúcida, serena y sugerente de aquel hito histórico que la que Nooteboom consigue realizar en este libro, compuesto con más de un texto, aunque el núcleo lo compone la traducción de Roads to Berlin, que a su vez recogía los diversos pasos por la capital alemana del autor holandés, uno de los grandes escritores de libros de viajes que quedan en el mundo.

2. La vida lenta, de Josep Pla (Destino). En una cuidada edición a cargo del profesor Xavier Pla, La vida lenta recoge las “notas para un diario” que Pla escribiera en 1956, 1957 y 1964. Parece que el gran ampurdanés no concebía, al escribirlas, que estas anotaciones fuesen como tales a ver la luz. Eran, en su mayor parte, recordatorios que después quedaban materializados en textos de otra envergadura o tal vez la expresión de las necesidades de un grafómano. Son breves, inconexas, pero también son limpias, certeras y tienen la capacidad de trasladarnos, con muy pocas palabras, la atmósfera exterior e interna en la que transcurrieron una parte de aquellos años oscuros (y productivos) del autor de El cuaderno gris.

3. El eclipse de Yukio Mishima, de Shintaro Ishihara (Gallonero). La literatura japonesa de este siglo, en varios momentos, como la era Taishõ (1912-1926), o la generación de la postguerra, es una de las más interesantes y ricas de nuestra época. Yukio Mishima fue un personaje que trascendió el ámbito de la literatura, consituyéndose en uno de los intérpretes más agudos de la dificultad de conciliar tradición y modernidad en la sociedad japonesa. El libro de Ishihara ahonda en esa brecha, partiendo de las contradicciones del protagonista de su ensayo, y de su propia visión hasta ese momento bastante equilibrada.

4. El carnaval de Roma, de Johann Wolfgang Goethe (Alba Clásica). Ilustrado con los veinte grabados coloreados que  Georg Melchior Kraus realizara para las viñetas con las que Goethe inmortalizó la fiesta carnavalesca, en este breve y bellísimo libro, nos abrimos a la capacidad descriptiva del genio alemán, en su paso por Roma, y en una excursión realizada para asistir a la consagración de una capilla en Bingen. La edición, impecable, es de Juan de Sola, y está precedida por un prólogo extraordinariamente iluminador.

5.  Pilato y Jesús, de Giorgio Agamben (Adriana Hidalgo). Partiendo de la acepción dramática del concepto de misterio, el filósofo italiano comenta a partir de los textos evangélicos (canónicos y apócrifos) el inicuo proceso a Jesús. Sorteando la frontera entre lo histórico y lo teológico, entre lo jurídico y lo simbólico, en pocas páginas, Agamben ofrece una meditada y aguda ponderación de uno de los hechos cruciales de la historia.

6. Historia de la literatura hebrea y judía (Trotta). Un equipo de profesores españoles ha completado un recorrido (desde la Biblia hasta la literatura yídis del periodo de entreguerras) por la literatura hebrea a lo largo del tiempo. Es un compendio ordenado, preciso, extenso, bien escrito, con calas de sumo interés como la referida a las versiones de la Biblia, al rabinismo, a la literatura hispano-hebrea, a la judeoárabe, a la exégesis medieval (Maimónides especialmente), la cábala y la mística, el jasidimo, la literatura sefardí, la modernidad y posmodernidad de los dos últimos siglos, etc. Otra joya bibliográfica que desmiente por sí sola la idea absurda de que la universidad española está saturada de mediocridades.

7. El color del tiempo, de Clarisse Nicoïdski (Sexto Piso). He dejado para el final un logro poco común,  los poemas en la lengua de los sefardíes de esta poetisa judía y triestina, traducidos también al castellano actual, poemas que hablan de amor, de vino, de caricias del alma, de la escritura, del gran viaje de la vida a través de los ojos, de las manos y de la boca. Son “caminos de palabras”, como por esta maravilla que reescribo de muestra:

el vestido agujereado de tu alma

dejó

caer

una lágrima colorada como vino

lágrimas de vino

de olvido

estás solo

dame tu mano.