Las noches azules de Joan Didion

Hay unas cuantas referencias explícitas a otros autores y a otras obras literarias en Noches azules de Joan Didion. Quien lo lea podrá comprobarlo, y podrá comprobar hasta que punto son importantes o no. Aparentemente el libro no pretende en modo alguno jugar con la escritura, se encamina claramente a otra tarea mucho más relevante humanamente y mucho más dramática: se trata de evocar la figura amada, adorada casi, de una única hija muerta en circunstancias especialmente duras e incomprensibles. Es una lucha a brazo partido contra el olvido, … a fight against oblivion. He leído en algún sitio que Joan Didion dedica un rato cada día (al acostarse supongo) a recordar los rasgos de la cara de su hija Quintana. No obstante yo pienso que un libro como éste (quiero decir un libro de semejante categoría) no se escribe si no es jugando, abriéndose al juego (ese juego tendencialmente infinito de la imaginación humana y del afecto) con las formas. Y esas formas (desde la abundantes repeticiones o el uso de la letra itálica, hasta la medida contención y circularidad de cada estampa pasando por el conjunto de recursos sintácticos con los que se yergue sabiamente la estructura del texto) son las que pueden procurar, en el espacio ruinoso de un mente que se está de hecho extinguiendo a la vez que consume sus últimos y superdotados recursos en la tarea de dejar un homenaje escrito, una resistencia tenaz contra el olvido. El realismo de Didion viene directamente de la escuela moderna, de los retratos de Gertrude Stein y de la ruptura interna que significa en la obra de Hopper un cuadro como Soir Bleu (1914). Es la estación dolorosa de la vida convertida en un momento del día teatralizado. El pensamiento mágico del que ha hablado esa gran lectora de Levi-Strauss que es Joan Didion. En la construcción de la frase, del párrafo, del capítulo y del libro entero es el amor el que se hace metafísica.

2 Comments Las noches azules de Joan Didion

  1. Trayectos ciegos 24/11/2012 at 20:04

    No he leído el libro, pero, por lo que escribes, parece interesante.
    Te dejo un fragmento de “El fondo del cielo” de Rodrígo Fresán que tiene que ver con esa batalla contra el olvido de la que hablas:

    “La memoria es un astronauta que trabaja duro para establecer relaciones duraderas entre las estrellas, muchas de ellas muertas; pero su recuerdo todavía enciende luces en un espacio que, por exterior e inalcanzable, no significa que no forme, también, parte de las tan cercanas pero igualmente inasibles nebulosas de los pensamientos. Recordar es encontrar sin dejar de buscar. No sabemos si un recuerdo es aquello que a la vez que lo recordamos lo damos por perdido o aquello que estaba perdido y que de pronto se recupera”.
    Un abrazo estrecho.

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  2. Álvaro de la Rica 24/11/2012 at 22:48

    gracias Elisa
    te recomiendo a la Didion encarecidamente
    otro abrazo para ti

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