Jirí Orten

Creo que ha sido otro acierto de Clara Janés editar juntas las nueve elegías de Jirí Orten (Bajo la tierra, Salto de Página, 2012). Quienes habíamos leído asombrados ese conjunto heterogéneo de papeles póstumos recogidos en Sólo al atardecer (Pretextos, 1996), un libro que hoy ya es mítico (todavía se puede encontrar algún ejemplar a buen precio en Iberlibros) recordamos con emoción la profunda nostalgia y el acierto verbal que desprendía la escritura de un poeta que en más de un sentido había muerto en vida. Los entrañables “Cuaderno rojo”, “Cuaderno azul”, el “Cuaderno jaspeado” recogían el dolor plenamente aceptado de un espíritu al que nadie consiguió arrebatar del todo ni la alegría ni la libertad más radicales. Condenado por su condición de judío a vivir una vida del subsuelo por la fiera nazi, Orten presentía una muerte que finalmente llegó callada en forma de accidente de tráfico. Además de los cuadernos con los que Orten hablaba, y de las cartas de su madre, entre los papeles póstumos se encontraban nueve elegías, nueve cantos mayores a una muerte a la que intuía, esperaba y hasta cierto punto comenzaba a desear. Y llegó inapelable. Corría el año 41, el segundo de la despiadada invasión de Praga. El mismo día en que Orten cumplía 22 años. Tremendo misterio del mal, de la injusticia, del poder sin corazón y sin cabeza. “La honradez se vuelve oro”, llegó a escribir pensando en su epitafio. Poco antes del día final, en el “Cuaderno rojo” había escrito una bellísima despedida del cuarto en el que había morido a lo largo del último invierno de su vida. “Cuaderno rojo, despidámonos ahora de esta habitación llena de pasado. Le fue dado, digamos, el acabar, ante todo acabar, y también un poco, empezar… Esta mesa en la que escribiste tus elegías… Donde has probado la soledad verdadera y la importancia verdadera, donde, reconócelo, has sentido verdaderamente calor”. Gracias de nuevo a Clara Janés tenemos ahora al alcance de la mano este material poético.

2 Comments Jirí Orten

  1. francis black 25/08/2012 at 08:21

    Ayer viendo “El amor después del mediodía” de Rohmer me vino a la mente tu libro.

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  2. Álvaro de la Rica 27/08/2012 at 16:56

    No me extraña. Creo que de los cuentos morales es el que me queda por ver. A ver si me hago con él. Rhomer es fundamental para mí.

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