Haití

El cristianismo, o es un misticismo, o no es nada. Oscuridad sobre oscuridad, misterio sobre misterio. Dolor, dolor de amor, amor dolorido. No os odio. Miro para otro lado. Tiempo que no encuentra un espacio. Haití, Lisboa, Irán (¿alguién se acuerda de los 50.000 muertos de Gilán y Zanján, año 2005?). Sociedad del espectáculo. Fund raising. Huyo del cuchillo del sacrificio, como un conejo. Tal vez la mano, en sueños, del sembrador de estrellas… No creo (ni me importa absolutamente nada) en la dimensión política del cristianismo. A Dios lo que es de Dios. El no saber, el no poder, el no comprender. Y el don de la luz, entre tinieblas. La Ley, accesible/inaccesible. Contra toda evidencia. Instinto de la fe. Soledad. Gritos: Iesus autem iterum voce magna (Mt. 27, 50; Mc 15, 37; Lc 23, 46). La “gran voz”, iterativa: el mismo grito de los recién nacidos, de las madres que los ven morir o desaparecer, los gritos de los amputados, de los sepultados, el grito nocturno, el grito de la tierra asesina. Juan, que fue el único que estuvo allí, no dice nada de una voce magna. Todo está consumado, e inclinando la cabeza, expiró. Un gesto más abstracto. De icono. De símbolo: entre el cielo y la tierra. Y, qué hay después del Todo: de nuevo, la Nada. El vacío y la nada, la resurrección. Entre esos dos abismos, sólo media una coma, una breve pausa gramatical. Misterio sobre misterio. Oscuridad sobre oscuridad. Os odio. Nunca miro para otro lado. La huida del conejo. ¿Dolor de amor? Quien te haga creer en cosas absurdas, te llevará a realizar cosas abyectas. Como cuchillos.
P.S: Sé que no es nada fácil hablar de esto. Pero me gustaría oíros. Sólo nos queda la palabra. El consuelo de la palabra.

10 Comments Haití

  1. Belnu 24/01/2010 at 13:54

    Es así. Lo pensé una vez, me asaltó en la sala de espera de una clínica. era un lugar horrible y dolorido y de pronto vi el crucifijo y pensé -pese a todas mis objeciones, reservas, a saber lo que algunos autoconsiderados y declarados católicos y casi místicos hicieron contra mí en la niñez- que si había algo ahí era eso, el dolor, la humanidad desde el dolor, el "donde hay dolor hay un suelo sagrado", ese dibujo de Blake sobre el Cristo que Oé le enseña a su hijo deficiente, junto con las imágenes de un artista sobre Hiroshima -puse el link en mi entrada de ayer-, todo eso es lo que importa y en ese terreno sí nos encontramos, como no podía ser de otra manera, a pesar de mis dificultades y de mi posición laica, de mi "God, please, let me alone" de Greene, que ya conoces. Me repito…

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  2. delarica@unav.es 24/01/2010 at 15:03

    no te repites, siempre hay acentos nuevos

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  3. Belnu 24/01/2010 at 19:47

    Gracias! Mi reserva ,ese uso que se ha hecho de la religión, las religiones como instrumento de poder, está en la película de Haneke

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  4. el objeto a 25/01/2010 at 09:17

    Querido Álvaro, para mí Dios forma parte de ese Real a veces difícil de explicar, de entender, de acoger, (por la dificultad de acoger lo Real en nosotros, en la naturaleza, en el ser) Como tú dices, a veces sólo nos queda la palabra, y la palabra no es sólo consuelo, es también apprivoisement (domesticación es mucho más feo)de lo que nos sobrepasa, que es mucho. Poder hacer con, aceptar el misterio es aceptar mucho más que la falta de sentido, es aceptar lo que uno es, también una fuga, un agujero, un lugar vacío, aceptar la im-potencia, de dios y nuestra.
    El último espectáculo que hice trataba de cómo sobrevivir a un maremoto (medio año antes del famoso tsunami) cómo sobrevivir a esa falta de sentido y al dolor indecible. Yo tampoco creo en la dimensión política de las religiones, y adhiero totalmente con tu inicio, la religión o es un camino místico o no es nada.
    En la tragedia de Haití sí hay un trasfondo político, aunque sólo sea por lo que simbólicamente viene a representar ese golpe a ese lugar lleno de miseria y olvido.
    Me quedo con la imagen de un cristo sonriendo en la cruz que mostraba Enthoven en una de sus últimas emisiones. El espectáculo que cuenta, es el interior, lo otro es espejismo, u horror.

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  5. delarica@unav.es 25/01/2010 at 09:35

    muy hermoso, todo lo que dices
    hoy leía una frase de un pensador judío que dice que no nos acostumbramos al hecho no ya de que Dios guarda silencio, sino de que Dios es silencio

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  6. Bel M. 25/01/2010 at 17:10

    A pesar ¿o quizá a causa? de mi agnosticismo, leo y releo a pensadores creyentes, como Lévinas ¿es a él a quién te refieres en el último comentario? o como ella:
    "El mar no es menos bello a nuestros ojos porque sepamos que a veces los barcos zozobran. (…) Todos los horrores que se producen en el mundo son como los pliegues que la gravedad imprime a las olas." Simone Weil, "El amor a Dios y la desdicha".
    Y, sin embargo, sí hay una parte política en las consecuencias del terremoto, pues hay regiones más expuestas a ellos con consecuencias, en cambio, mucho menos trágicas:
    "La norma de preventiva básica es que las edificaciones estén construidas para soportar las tensiones que se producen en un terremoto. Japón que tiene gran conciencia de este riesgo y capacidad económica para hacer frente a los sobrecostes en la construcción, padece menos víctimas que países menos sísmicos…"
    Pero nadie ha hablado de eso.
    Como tú apuntas, más fácil dar el espectáculo, sentirse bondadoso, hacer como que no se mira para otro lado.
    Yo no miro a otro lado, pero sí cierro los ojos a veces para soportarlo, como el parpadeo necesario para no quedarse ciego.

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  7. delarica@unav.es 25/01/2010 at 17:14

    no, no es de Levinas, a pesar de que podía perfectamente haberla pronunciado él

    yo también cierro los ojos, porque la verdad es que es insoportable esa visión, ese horror, como tantas otras cosas

    y conste que pienso que no debería de hacerlo, mais…

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  8. delarica@unav.es 25/01/2010 at 17:28

    pienso, al releer los comentarios, en la cantidad de metáforas que empleamos, en relación al mar, de donde venimos biológicamente, y adonde vamos (Manrique): cuanto daría por ver ese espectáculo del objeto a sobre el naufragio, y, sí, el mar no es menos bello porque se trague a la gente
    vamos en la nave de los locos (Brandt) en la de los muertos (Traven), pero hay que seguir, como sea. Qué bonito el título de Fellini: e la nave va

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  9. Belnu 25/01/2010 at 21:30

    Y ojalá la nave siga yendo porque a veces todo parece tan oscuro

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