Me encanta esta foto de Benjamin. La sacó entreguerras una jovencísima Gisèle Freund. Benjamin trabaja exiliado en la Biblioteca Nacional de Francia. Trabaja por su cuenta, fuera de un sistema académico, ya entonces ciego, que le había cerrado las puertas. Adorno decía con razón que las universidades eran para Benjamin lo que los juzgados para Kafka, o sea algo que se oponía frontal y celosamente a lo verdadero y a lo justo respectivamente, aunque de algún modo lo representaran. Puede ser. Y parece que trabaja con sentido de inminencia. Concentrado, atento, sin el menor tiempo que perder. A mí curiosamente el escrito que más me interesa de Benjamin (además de sus relatos autobiográficos) es sin lugar a dudas La metafísica de la juventud. Son textos poco elaborados, parecen simples enumeraciones de las intuiciones más variadas. Un poco como el Pla del final, el de las Notes per a un diari aunque en otro plano. Como ejemplo el comienzo de la Metafísica: “Cotidianamente servimos a fuerzas inconmensurables como el dormir. Lo que hacemos y pensamos se encuentra lleno del ser del padre y de los antepasados. Nos esclaviza sin descanso un simbolismo no comprendido. A veces, al despertar, logramos recordar un sueño. Algunas visiones claras iluminan los campos en ruinas de nuestro ánimo en el que el tiempo sobrevuela. Estábamos acostumbrados al espíritu como lo estamos al latido del corazón, gracias al que levantamos cargas y digerimos”. Supongo que se aprecia la densidad medio informe del texto. Una pasada. Pues bien, dos nuevos libros recogen una parte de los sueños escritos de Benjamin, y merece la pena leerlos: el primero se titula así, Sueños, y lo publica Abada (2011), y el segundo Epifanías en viajes(El cuenco de plata, 2011). Aprovecho para informar de que Trotta ha publicado estos días la correspondencia Benjamin/Scholem. Steiner decía con su olfato habitual que, junto al diálogo Junger/Heidegger entorno al nihilismo, era el intercambio epistolar más grande de nuestro tiempo.
Me gustaría tener otra vida para leer todo lo que propones. Lydia Davis, Benjamin ¡ Y tantos más!
Igual los agendo.
Gracias, querido Alvaro.
gracias amiga
yo creo que lo importante es leer sin prisa
Es de justicia (poética) que alguien que reflexionó con tanta lucidez sobre la fotografía, fuese inmortalizado en una imagen tan bella. Saludos.
Saludos David
Totalmente de acuerdo