Yo pienso que este Papa tiene una vida interior que le hace ser a la vez una persona libre y difícil de conocer. Parece ser que pocos sabían lo que, desde hace ya varios meses, estaba dispuesto a hacer un día como hoy. Ha apelado a la conciencia, y ello por dos veces (la primera palabra del mensaje es “consciente”, y antes de anunciar su renuncia vuelve a utilizar la palabra “consciente” en un sentido más fuerte aún), y a la seriedad de un acto de libertad interior. Quinientos años en la vida de la Iglesia romana son muchos años. La costumbre se había hecho casi una norma. El precedente inmediato de su antecesor, para muchos un testimonio valioso de heroísmo más allá del autocontrol sobre la propia salud, seguramente le ha pesado también. Desconozco pero imagino las presiones que habrá afrontado, y pienso que las más irresistibles habrán sido sin duda las que se derivan de su relación personal con Dios. ¿Se ha decidido por lo más fácil o por lo más difícil? Se ha decidido en conciencia por lo que creía que debía de hacer. Y lo ha expresado en un latín perfecto (Quapropter bene conscius ponderis huius actus plena libertate declaro) con la misma grave delicadeza con la que siempre se ha dirigido a los demás. Su última lección de vida, y desde luego no la de menor calado.
A mí no me ha sorprendido del todo, al margen de lo impactante de la noticia. Hace algo más de un mes, leí un artículo extenso en Abc, que reflejaba que el Papa ya se había planteado esta posibilidad. Lo que han reflejado los medios, últimamente, de un tono u otro, también nos baba una idea, de la tremenda dificultad de su Pontificado, unido a las demás causas que inciden sobre la Iglesia.
Estoy con usted, en que ha optado por lo más difícil y también en que muestra la profunfidad
(se me cortó) la profundidad, decía, y dimensión de su decisión. Me ha entristecido bastante.
Un saludo.
A mí también me ha entristecido pero a la vez de alguna forma me alegra.
Gracias por el comentario, con el que coincido plenamente.
Supongo que si alegra, de algún modo, al menos en mi caso, es porque gana el Bien, extendido lo más ampliamente posible: la honestidad, la rigurosidad, el sentido del deber, la discreción y la humildad, y todo ello, en último reducto, nos colma de esperanza. O me colma. Gracias por su tiempo en atender a mi comentario.
Your title is beautiful: isn’t it what our world needs the most? An interior Pope? It is possble that Pope Benedictus XVI’s influence will be mostly felt when he is no longer Pope but a solitary monk in a monastery, praying.
Querido hermano:
He llegado a leer este cometario gracias a que nuestra hermana Nieves lo ha recomendado en su facebook y me alegro de haberlo hecho.
Desde hace mucho tiempo no me ha impactado tanto una noticia como la de la renuncia del Papa, que sobredosis de humildad hay que hacer para decir que ya no puedo ser más el vicario de Cristo en la tierra. Da igual tener fe o no tenerla para darse uno cuenta de la decisión tan generosa que ha hecho este hombre. Estoy de acuerdo contigo que ha sido plenamente consciente de lo que ha hecho y por eso creo que es un ejemplo para todos.
Un abrazo
¡Gracias Carlos!
Estoy de acuerdo contigo al 100%
Creo que Magris en su artículo que reproduzco en la entrada siguiente da en el clavo al final: lo esencial es que este Papa, antes que Papa (siendo eso algo importantísimo) es una persona con nombres y apellidos. Yo siempre he pensado que lo esencial son las personas, que las personas van antes que las instituciones por mucho que como en este caso sean tan altas y decisivas.