Lo que T.S. Eliot significa para mí

Cuando apenas había escrito el pasado 29 la última entrada del año, me llega una felicitación de Navidad de mi queridísima amiga Guadalupe Arbona, ensayista lúcida, maravillosa persona, con un texto de Eliot (del VII Coro de “La Roca”) que expresa a la perfección la relación a la que yo apuntaba entre el instante de tiempo y la eternidad (por la única vía posible, la de la significación). Me limito a reproducirlo con la emoción de quien recopila palabras inspiradas (¿quién coño dijo que la revelación se acababa con el Apocalipsis? En ese caso … el Espíritu habría disminuido y todos habríamos nacido muertos). Son palabras “mayores” que jamás utilizaría sino fuese por persona interpuesta. Se podrían denominar, con expresión greeniana, the heart of the matter: Entonces llegó, en un momento predeterminado, un momento en el tiempo y del tiempo/un momento no fuera del tiempo, sino en el tiempo, en lo que llamamos historia:/ cortando, bisecando el mundo del tiempo,/ un momento en el tiempo pero no como un momento del tiempo,/ un momento en el tiempo, pero el tiempo se hizo mediante ese momento,/pues sin el significado no hay tiempo, y ese momento del tiempo dio el significado.

¡Feliz 2014 a todos!

P.S: He titulado esta bellísima imagen anónima captado en une ruelle de Paris, “fatigatus ex itinire”.

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