Lima, la sin lágrimas (César Antonio Molina)

Hola César, por fin he podido leer estos días tu Lima, la sin lágrimas, que tanto me ha hecho disfrutar y en donde he reencontrado al gran ensayista de tantos otros libros en los que el tema es la transmisión cultural, la historia y la intrahistoria de ciudades y de lugares, la huella de la presencia del mundo clásico, de lo hispano y, por supuesto, siempre y en todo, la literatura. Me admira la capacidad que tienes de ofrecer una información enciclopédica sin pedantería, puesta siempre al servicio del conocimiento hondo y auténtico. Interesado por lo que cuentas de Ginsberg, emocionado con las páginas justísimas dedicadas a Corpus B., he aprendido mucho sobre autores que conocía y sobre otros, sobre todo los coetáneos que tratas con gran generosidad. Otra cosa que te honra: tu capacidad de admirar y de abrir horizontes y caminos nuevos. En fin, ha habido momentos en la lectura (retrasada por compromisos editoriales perentorios) que me he trasladado allí con la mente, tal es tu destreza para captar la atmósfera de una calle, de un cruce, de un barrio semiabandonado. En fin, que he pasado un rato espléndido y he tomado nota de referencias y pistas que voy a seguir; desde luego, cuando viaje allí, cosa que he hecho mil veces con la prosa de Salazar Bondy, de Loayza, de Ribeyro y por supuesto de Vargas Llosa, me llevaré esta joyita en la maleta.

Un abrazo con afecto y admiración,

Álvaro

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