Contéstame, si puedes:
“¿Un labrador sensato que cuidase de sus semillas y quisiera que fructificasen, las llevaría, en serio, a plantar en verano, a un jardín de Adonis, y gozaría al verlas ponerse hermosas en ocho días, o solamente haría una cosa así por juego o por una fiesta, si es que lo hacía? Más bien, aquellas que le interesasen, de acuerdo con lo que manda el arte de la agricultura, las sembrará donde debe, y estará contento cuando, en el octavo mes, llegue a su plenitud todo lo que sembró” (Fedro, 276 b, Trad. de E. Lledó)
La alegria que brota junto al nuevo ser es tan inmensa que ninguna palabra conocida es capaz de satisfacerla. Por eso, contemplar con es el mejor regalo y descubrir en silencio como cada día que pasa los pequeños detalles son para nosotros la plenitud que creíamos imposible de abarcar.
Las pequeñas líneas de nuestra vida, de su vida.
Mil besos. Tkm.