John Ashbery

Es muy difícil decir qué es lo que provoca en mí las ganas (o la necesidad) de escribir. No tengo ni idea, a pesar de que llevo más de treinta años haciéndolo, de manera ininterrumpida, con un sentido que no dudo en calificar de existencial. Sé que hay cosas que me interesan, de antemano; de repente, hay otras que me llaman la atención, pero no sé nunca muy bien por qué ocurre así. A veces, escribo precisamente para saberlo, aprovechando la escritura como un medio privilegiado para pensarlas más despacio, al ritmo de la mano. Otras veces, antes de escribir, ya sé lo que voy a decir, aunque luego me pelee más o menos a fondo con las palabras. Hace unas horas, sin ir más lejos, al leer los periódicos de la mañana, he visto esta foto de John Ashbery, y desde el segundo cero, en el que mis ojos se han posado sobre ella, sabía que lo siguiente que iba a hacer era encender un cigarrillo para ponerme a escribir. Puede parecer (o ser) de lo más anodina, pero a mí me ha llamado poderosamente la atención. Todavía no sé el porqué. Muerto Mario Luzi, John Ashbery es (con Yves Bonnefoy) el poeta vivo que más admiro. Su Autorretrato en espejo convexo ha sido, para mí, un talismán. Lo he leído a fondo. Lo he estudiado y he tratado de enseñarlo. Conozco un poco su vida y un mucho sus deslumbrantes ensayos sobre pintura. Tengo una carta suya, amable, elegante, admirablemente bien escrita, que conservo como si fuera oro en paño. Y ahí está, en el salón de su casa, cómodamente sentado en una butaca de rayas. Junto a un fax. La foto carece de cualquier pretensión estética, pero quizás por eso resulta especialmente reveladora (creo, no obstante, que el fotógrafo ha jugado a dotar al conjunto de la superficie mostrada con el efecto esférico del ángulo convexo). Me gusta esa sala desordenada. Tiene unas proporciones bizarras. Las paredes, o al menos el techo, está pintado con laca. Hay buenas alfombras, y algunos muebles parecen antiguos. Todo (especialmente los cuadros, o la forma de vestir del poeta: esa camisa oxford azul y ese pantalón gris le delatan) es convencional, podía ser la casa de cualquiera de mis tías abuelas (lo que no tiene nada de particular, teniendo en cuenta la edad de Ashbery). Aquí no hay diseño que valga. ¡En casa de un esteta reputado, de uno de los espíritus más vivos y refinados de la postmodernidad! Al contrario, más bien se aprecia bastante dejadez y una deliberada normalidad. Se amontonan, no sólo los libros y los papeles sueltos, sino también las cajas de cartón, encima y debajo de los aparadores y las sillas. Hay un planta, un poto, medio muerto en un tiesto blanco. Aunque es un poco fuerte, yo diría que Ashbery ha preparado con ironía el escenario del día de su muerte. Sé que no es así, y que ese decorado lleva en esas condiciones demasiados años. No hay nada falsamente teatral en el ethos que refleja esa instantánea. Al contrario, pienso que muestra la autenticidad de alguien que se sabe, y se cree, aquel non habemus manentem civitatem. ¡Qué grande es Ashbery! En cuanto he visto la foto, esta mañana, he recordado ese fragmento impresionante de uno de los grandes poemas del siglo: “Pero tus ojos proclaman/ que todo es superficie. La superficie es lo que está ahí./ El conjunto es estable dentro/de la inestablidad, un globo como el nuestro, que descansa/sobre un pedestal del vacío, una bola de ping-pong/segura sobre un surtidor de agua./ Y así como no hay palabras para la superficie, es decir,/no hay palabras para decir lo que es realmente, que no es/superficial sino un núcleo visible/, así no hay/salida para el problema del pathos contra la experiencia”.

9 Comments John Ashbery

  1. Belnu 16/01/2010 at 11:20

    A mí no me gusta lo que se ve en la foto, no por vetusto sino por ese aire isabelino de muebles rígidos con patitas finas, más convencional que cómodo, como si importase más mostrar que vivir o como si ashbery hubiera acabado viviendo en casa de su tía… pero en cambio me encanta que los libros se hayan apoderado de ese sofá novecentista… De ese autorretrato tan pictórico o a la manera de los pintores… del espejo convexo a mí me gustó un trocito que guardo en mi memoria, y es más o menos así
    Tomorrow is easy, but today is uncharted
    Desolate, reluctant as any landscape
    To yield of laws that are perspective
    Es algo que pienso muchas veces. El presente que se escapa a la perspectiva, que no logramos entender sin distancia, toda esa extrañeza de un paisaje que no logra reposar ni dibujarse ni aclararse…
    Yo también me interrogo escribiendo, aunque de la necesidad de escribir ya no sé si me pregunto, la acepté como algo feliz. Hoy tengo que ir a una tertulia literaria como invitada sobre mis cuentos y tengo cierto desasosiego, aunque prefiero ir a improvisar, no pensar nada antes

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  2. delarica@unav.es 16/01/2010 at 12:19

    seguro que sale muy bien la tertulia, ¿dónde es?

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  3. Belnu 16/01/2010 at 13:18

    Es la tertulia Jacarandá, que se celebra en el hotel Catalonia Duques de Bergara, ha ido casi todo el mundo, Marsé, Martínez de Pisón, Nora catelli, Rodrigo Fresán, Fernando valls, Cristina Fernández Cubas, Carlos Pujol son los que recuerdo en este momento, en fin, que es un honor

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  4. el objeto a 16/01/2010 at 21:26

    A mí sí me gusta mucho esa foto, y la iluminación que parece venir desde la ventana tras el que está mirando. Y su aire tranquilo, bien vestido, sin pretención.Me gustan esos retratos de intelectuales en lugares un poco dejados, azarosos, pero con una pulcritud casi disimulada, y los salones un poco atemporales. Entiendo lo que dices de "nada más ver la foto". A mí me ocurría con ciertos retratos de artistas. Una de las primeras veces que vi fotos de Picasso estallé a sollozos, era una exposición muy pequeña de foto, y no pude parar de llorar…había una especie de reconocimiento, aún no lo consigo explicar

    Todo es superficie y lo que se encuentra bajo ella nos es inasible, saltemos tras el espejo!

    bonito eso del ritmo de la mano

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  5. delarica@unav.es 17/01/2010 at 11:56

    vemos las cosas de un modo muy parecido

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  6. paisajescritos 21/01/2010 at 18:59

    Álvaro, por si te interesa (si es que no lo conoces) en El Mundo de ayer miércoles hay una reseña de LA de Villena. Siempre te anticipas… En cierto modo en este sentido leo últimamente mucho artículo de opinión en el que insistentemente se cita a Gómez Dávila ¿hay sedimento cultural o es que los que escriben tiran de lecturas fresquitas como si fuesen "de toda la vida"?

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  7. delarica@unav.es 21/01/2010 at 19:49

    gracias, lo miraré
    en cuanto a tu pregunta, yo diría que hay mucho de las dos cosas, depende de quien estemos hablando

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  8. Eterna 21/01/2010 at 21:22

    Me ha encantado esta entrada, por la sinceridad. Porque siempre es la primera pregunta que nos hacen al empezar una carrera de Comunicación:"¿Por qué quieres escribir?"

    ¿Y qué se responde a eso?
    A mí sólo se me ocurre una respuesta: Porque lo siento.

    Gracias por poner un punto más de luz en el día.

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  9. delarica@unav.es 21/01/2010 at 23:41

    gracias a ti por pasarte por aquí

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