Me soprende gratamente el Premio Nobel recién concedido a Patrick Modiano porque, a pesar de que se le había incluido entre los favoritos en no pocas ocasiones, se trata de un escritor casi casi privado, venerado por algunos (entre los que me encuentro) y desdeñado por una mayoría que lo considera, frívolamente, demasiado particular y limitado. Su literatura refleja la realidad francesa (parisina en particular, con incursiones en lugares como Niza o Biarritz) de la segunda postguerra mundial. Destaca, en La trilogía de la ocupación, la persistente recuperación de un mundo a partir de las amargas cenizas expulsadas diabólicamente de los hornos crematorios del totalitarismo. Un mundo burgués, anodino, tal vez, un mundo de jóvenes que buscan su identidad perdida en el grupo, en el barrio, en los cafés, en los pequeños roces amorosos, en la fotografía y la memoria. Modiano ha escrito siempre la misma intensa y maravillosa novela: la gran aventura interior y exterior de unos personajes que, en medio de la mayor devastación, son esencialmente libres. Editado en Francia por Gallimard (que siempre confió en él) y en España por Anagrama, por Seix Barral (acaso su obra maestra absoluta, la novela Dora Bruder), por Cabaret Voltaire, por El Aleph Editores y también Pre-Textos. Enhorabuena a todos ellos, y enhorabuena a la Academia Sueca por este acierto pleno. Si tuviera que recomendar a alguien una primera lectura de Modiano, no dudaría en señalarle el mencionado Dora Bruder o El café de la juventud perdida. Pero acaso la cumbre de su literatura, en un autor de sus características, hay que buscarla en sus narraciones autobiográficas, especialmente en Un pedigree.
Congratulations Swedish Academy!

Carambolas de la vida, me llegó ayer vía Amazon “El horizonte”. Gracias por descubrirme a este autor a través del blog. Un abrazo.
¡Mira! Te va a encantar
Yo he leído El café de la juventud perdida y Un pedigree. No soy mucho de premios, pero prefiero que me descubran a alguien que no conozco. Supongo que a los escritores les hace ilusión.
Un saludo FB!