La última posada (Imre Kertész)

En este tipo de situaciones no hay nada que más me duela que la frivolidad, Nico Rost en Dachau, 25 de junio de 1944.

 

 

Trato de abrirme paso, en la neblina de algunas lecturas de Imre Kertész, para hacerme cargo en la medida de lo posible del curso de los acontecimientos de los últimos años de la vida del escritor. El volumen La última posada incorpora datos de interés. Tal vez todo esté más claro para todo el mundo, pero no para mí que voy buscando a tientas cosas distintas de las que cabría esperar. En uno de los apuntes iniciales del primer cuaderno, “Secreto a voces”, se hace una referencia al 11 de septiembre de 2001. Por lo tanto, entiendo que esos apuntes (más los del segundo “El jardín de las trivialidades”) corresponden a ese año fatídico y a la década siguiente, teniendo en cuenta que hay una anotación fechada, muy al final de este último, concretamente el 9 de febrero de 2009. En ese periodo redactó dos versiones de la narración La última posada, propiamente dicha. El volumen en su conjunto tiene el interés de mostrarnos esos dos textos, la evolución o el destilado que hay entre uno y otro (las diez páginas del último intento son a mi juicio una cumbre de la literatura universal) y su contexto literario y vital a través de las entradas o anotaciones de su diario. Algo así como si el Doctor Fausto y la novela sobre los Orígenes del Doctor Fausto se dispusieran entrelazados en un solo libro (quien haya leído tanto un material como otro, y conozca la importancia de determinadas piezas musicales en las obras de uno y otro escritor, comprenderá que no he puesto al azar este ejemplo).

P.S. Un buen conocedor de Imre Kertész me escribe lo siguiente: “Parte de esos diarios (yo le había preguntado por correspondientes a los años 2000-2003, que en húngaro de publicaron bajo el título Mentés másként) se encuentra en “La última posada”. Es el primer capítulo, el titulado “Secreto a voces”. En la última fase de su vida se dedicó mucho a revisar sus diarios y a darles la forma de apuntes, es más, de crear un texto que pareciera una “novela” de apuntes. Ese es el sentido de La última posada: el intento y el fracaso de escribir una novela, un intento que cobra una forma fragmentaria”.

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