Entre el amor y la muerte
Esta no es una novela de amor. Tampoco de desamor. No te vayas sin mí es una novela que rehúye cualquier clasificación al uso y si hubiera que definirla –aunque las definiciones no sean más que una tentativa de poner un nombre- podríamos decir que se asemeja a una matriuska rusa: es un libro que contiene infinidad de libros en su interior, multitud de niveles que dialogan entre sí y con el lector. El ensayista y escritor Álvaro de la Rica (Madrid, 1965) aborda en esta novela-mosaico los profundos abismos que existen en las relaciones y el deseo. Después de La tercera persona, novela que publicó en 2012, llega estos días a las librerías la esperada No te vayas sin mí, la obra que la completa. Un total de nueve historias, que incluyen las tres que ya leímos en La tercera persona y que ponen el broche de oro a esa fascinante y valiente reflexión en torno a un tema tan literario como real: la existencia de las terceras personas.
De nuevo, seguimos a los mismos protagonistas, a Claire y a Jacob en una intensa y devastadora relación que parece estar más allá de la vida e incluso de la muerte.
Pero como decíamos, esta no es una historia de amor. Quien espere un final feliz que lea otro libro. Porque aquí, como en la vida misma, no hay final. En esta novela hay encuentros y desencuentros mediante los que dos personas, Claire y Jacob, deberán decidir qué grado de sufrimiento y renuncia están dispuestos a tolerar en sus vidas si quieren estar juntos.
En sus líneas reconocemos a Joyce, a Kafka, a Blanchot. Y es que De la Rica mezcla con maestría distintos niveles textuales y aborda varios géneros narrativos. Desde el género de la epístola, al de la entrevista, pasando por episodios en los que es el mismo autor el que aparece como un personaje. Por tanto, querer hablar de argumento en esta novela sería absurdo. A lo largo de estas páginas multitud de voces se entrecruzan para jugar admirablemente con el lector y hacerle plantearse no solo la naturaleza de las relaciones sino también las de la escritura y la creación. ¿Quién escribe esta historia? Es cierto que es la voz de Jacob la que nos guía. ¿Pero quién es Jacob? ¿Puede que a veces, los propios personajes de ficción que creamos sean más reales que nosotros mismos?
En estos nueve relatos el lector se ve inmerso en un mundo de silencios y de todo aquello a lo que la palabra no alcanza a definir. En un viaje hacia una supuesta plenitud, la realización de su amor, Claire y a Jacob pasarán por todo tipo de situaciones, pero sobre todo mantendrán un diálogo profundo y constante que nos presenta a dos personas tan humanas que parece que podamos tocarlas. En sus vidas aparecen terceras personas. Pero Álvaro de la Rica no hace aquí una apología del adulterio. Nada más lejos: lo hace de la libertad más íntima. Porque la tercera persona es la que nos habla y escucha, la que nos cuenta y permite contarnos a nosotros mismos.
Decía Marguerite Duras que “Escribir es tratar de saber lo que uno escribiría si uno escribiera”. Eso es lo que hace De la Rica, cuestionarse a si mismo como narrador, como hombre, como persona y a la vez, cuestiona al lector con las dualidades que plantea a lo largo de No te vayas sin mí. Uno de los momentos más reveladores de la novela es un episodio en el que Jacob acude a dar una conferencia en Houston. Prepara una ponencia sobre la importancia de la tercera persona a lo largo de la historia de la literatura y para ello escoge tres relatos contemporáneos. Uno de ellos es ‘Catedral’, de Raymond Carver, que cuenta esa magistral historia de una pareja que recibe en su casa a un antiguo amigo de la mujer. Es ciego y durante años la mujer y él compartieron una amistad íntima. Al ser ciego, la comunicación entre ambos se ha basado en cintas de cassetes que se han ido enviando el uno al otro. El marido siente celos. Tal vez sean retrospectivos, pero no le hace gracia ese vínculo entre su mujer y un hombre al que desconoce. Lo que tantos años después nos sigue fascinando de ‘Catedral’ es la capacidad que tiene de indagar en el miedo frente a lo desconocido. En el miedo a esas personas que nos rodean, que han custodiado a quienes amamos antes de que llegáramos nosotros. Las terceras personas, de la naturaleza que sean, nos colocan en el abismo y en el papel que juega lo desconocido. En este sentido, ‘Catedral’ es un relato perfecto para explicar alguno de los temas que afloran en No te vayas sin mi. Tanto Claire como Jacob sienten miedo, están asustados. Temen al amor porque la tercera persona es, antes que amor, “sombra de un amor”, algo que se parece al primero, que aún no es amor pero que potencialmente podría serlo.
Querido Álvaro: te deseo lo mejor para esta nueva aventura y espero disfrutar con su lectura dentro de poco tiempo. Espero que te llegara la novela y que, cuando tengas algo más de tiempo, la disfrutes. Un abrazo muy grande
Muy buena reseña. Me ha encantado.
Un abrazo.
Elisa
¡Gracias María Eugenia! Te diré algo en cuanto lo lea.
¡Gracias Elisa! Espero que te llegará la semana que viene; tengo muchas ganas de conocer tu opinión.