Notas para un diario 263

En algún lugar, que tendría que rebuscar, Brodsky dice, haciéndose eco de un palabro evangélico (cf. Luc 9,60), que lo decisivo era vivir y escribir, no sobre la muerte, sino para la vida y sobre la vida. Me veo, conforme avanza la edad, frisando ya la cincuentena, en medio de algo que me horroriza: tanto la familia como otras so called instituciones en las que inevitablemente me veo envuelto no hacen más que mirar a la muerte. Si se muere alguien, todos echan el resto: nada es suficiente para que quede constancia de que en ese último tramo han estado ahí, pendientes (¿de qué?); se vuelcan en los funerales, comunican a todo el mundo los últimos estertores, etc. ¡Qué horror! Como los hongos aparecen solo después del chaparrón, nunca en los días de sol (su veneno es peor que el de la seta más mortífera). La mayoría de esos diligentes enterradores jamás han tenido, para el difunto, una palabra de ánimo en el día a día, jamás alabaron la tarea oscura y callada de quien sin duda un día iba a tener que morir. Por mi parte lo digo bien claro: que por favor en el momento de la muerte dejen mi espíritu a solas con las personas que han hecho que mi vida merezca la pena ser vivida. No mi muerte. No quiero velatorios ni funerales. Con el corazón ardiente y esperanzado de unos cuantos amigos me sobra. Y que se vayan a un bar a celebrarlo (ya habrá tiempo después, en la intimidad del propio cuarto, para rezar para que Dios se apiade de mi alma). No en vano el gran poeta ecuatoriano, el jesuita Juan Bautista Aguirre, en su Epístola a Lizardo, afirmaba sin cesar que quien nace dos veces muere. Muchos consideran que la vida ya es una forma de muerte, pero yo por el contrario me rebelo: para mí, la muerte es otra vida. ¡Amemos de una vez la santa vida!

1 Comment Notas para un diario 263

  1. Joseluís G 19/08/2015 at 15:21

    Con qué exactitud lo has retratado, Álvaro.
    Aunque la muerte echa raíces en esta vida. Cuando deja esta parte de la vida alguien a quien quieres de verdad y a quien admiras por muchas razones, como nos ha pasado a nosotros en mi familia hace unos meses, la muerte es una noticia tan extraña, que ni siquiera te la crees. Pero insiste en sacar ediciones a diario con lo mismo.
    “Celebrar la vida”. A ti te lo oí decir. Qué cierto.

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