Notas para un diario 239

Me pregunto qué significó Biarritz para Picasso. Estuvo en el verano de 1918 con Olga. En realidad fue su luna de miel. Se habían casado poco antes. Pasó unos meses aquí y pintó bastante, entre otros trabajos este cuadro titulado Bañistas en Biarritz. Si no todas, ya están presentes bastantes de las marcas que le hicieron grande y universal. Fue un cuadro que mantuvo consigo allá donde fue instalando sus talleres de pintor, y por lo visto no le gustaba mostrarlo. Su matrimonio no duró mucho: Olga no era mujer que tolerase la infidelidad. Supongo que también en el plano personal esta obra tendría para el pintor un significado especial. Marco varias transiciones, unas pictóricas relacionadas con la superación del cubismo y la integración del clasicismo, otras históricas por el tiempo concreto en el que se pinto, terminada la guerra con todas sus devastaciones, y otras como digo personales. Hay mucho Ingress, mucho Cézanne en esas figuras pero también se atisban el Greco, los primitivos italianos y hasta la iconodulia bizantina. La pintura metafísica y el surrealismo parecen nacer de la grisura lunar de esa playa dormida. Picasso no volvió a Biarrtiz, que yo sepa. Regresando a la semilla se instaló para siempre en el mediterráneo. Y tal vez no sintiera nostalgia de este mar.

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