Modiano en estado puro

Anagrama ofrece dos nuevos Modianos: ¡qué dicha! Libro de familia (2014), escrito en el lejano 1977 y esencial para conocer los datos biográficos que están siempre en el trasfondo de la obra del último Premio Nobel, y también Accidente nocturno (2014), de 2003, aparentemente menor pero, en realidad, uno de los más intensos y logrados trabajos del narrador francés. Esta novela (casi casi nouvelle) está sostenida por un andamiaje narrativo sencillo y complejo a la vez, revelado en el mismo comienzo del relato: “Entrada la noche, en un día ya lejano en que estaba a punto de cumplir la mayoría de edad, cruzaba la plaza de Les Pyramides en dirección a la plaza de la Concorde cuando salió un coche de entre las sombras. Primero pensé que me había rozado; luego noté un dolor agudo del tobillo a la rodilla”. La sobria y certera traducción de María Teresa Gallego Urrutia permite reconocer que ahí está ya todo. La noche y las sombras, la lejanía del recuerdo, el rito de paso de una edad a otra, dos plazas del centro de la ciudad de París y la experiencia perturbadora del dolor físico. La clave está en que alguien recuerda un hecho del pasado lejano que, no obstante, está tan vivo que se parece como una gota de agua a otra al presente de la narración (por eso puede afirmar que primero pensó una cosa y luego sintió otra). Desde un presente “escondido”, el narrador cuenta por una parte lo ocurrido desde su atropello, o sea la búsqueda de la mujer que lo hizo y que desapareció de una manera extraña, sin dar la cara: una investigación policiaca a la que creemos asistir en presente cuando en realidad pertenece al pasado y además al pasado lejano, y, en segundo lugar, narra los recuerdos infantiles que están misteriosamente conectados con el accidente (el atropello de un perro, la experiencia del éter, la figura en fuga de su propio padre y el recuerdo brumoso de unos lugares asociados con otros tantos personajes oscuros como los conocidos, a través del padre, en la infancia). Aunque parezca menor, la mencionada indeterminación entre el presente disimulado y el pasado lejano recreado con la viveza del hoy y trufado con un pasado aún más lejano (la infancia) conectado con aquél – ésas son “la noche y las sombras” del incipit–, crean la atmósfera de fascinante misterio que permite que la historia avance con el único asidero del universo-modiano: la topografía y la descripción plana del mayor número posible de detalles concretos conectados en la mente del narrador pero realmente desligados entre sí.

2 Comments Modiano en estado puro

  1. francis black 10/12/2014 at 17:51

    Hoy sale tu sobrero y brazo en la portada del cultura/s de La Vanguardia y dentro hay una critica a tu libro.

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  2. Álvaro de la Rica 11/12/2014 at 12:44

    Gracias por avisarme. Alvaro

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