En la tradición judía, muy por encima de los artistas y creadores, sobresalen los maestros, rabbi, rabboni, palabra que contiene el pronombre posesivo y que significa por tanto: mi maestro. Justo lo que le dice la Magdalena al Cristo después de que, resucitado, le llamase directamente por su nombre (María): “Mi Maestro” (Jn, 20,16). Ser un maestro era y es lo máximo, un maestro de los libros de la Ley. En su versión secular, un maestro de los libros, cualesquiera que éstos sean; y, en el extremo último, la versión formal más perfecta de una evolución cultural que tan decisiva ha sido en el occidente europeo, lo representa la figura del librero: el maestro en el arte de manejar los libros. Jakob Mendel, el personaje de la historia de Zweig que acaba de publicar Acantilado. Con 84 Charing Cross Road, de Helen Hanff, seguramente sea la más hermosa, y triste, historia sobre libros jamás contada (Hay edición italiana reciente en Adelphi).
(Foto de cosaswood)
Corro a comprar el libro de Helen Hanff… me basta con que sea la mitad de buena que Stefan Zweig… aún recuerdo la biografía de Fouché, o aún mejor, lo que disfruté en Navidad leyendo “la mujer y el paisaje”, tambien de Acantilado… aunque, bien mirado, al menos la mitad del mérito corresponde a Roberto Bravo de la Varga, traductor.
pues sí, es mas que la mitad de buena, mucho más, te lo puedo asegurar
bienvenido y gracias por pasarte