Más allá de los astronómicos Echenoz, Modiano o Houellebech (que por cierto tiene nuevo libro, El mapa y el territorio, Anagrama), como también lo tiene Frédéric Beigbeder, Una novela francesa, de nuevo en Anagrama, otro grupo de escritores, de perfil netamente literario, han irrumpido en el panorama editorial hispano, al hilo de la magnífica labor que están realizando un grupo de heroicas editoriales denominadas “pequeñas”. Así, al comienzo del verano, la editorial Demipage publicó dos pequeñas obras maestras, el ya clásico La siesta de M. Andesmas, de Marguerite Duras y Mis ceniceros, un libro indispensable de la indispensable Florence Delay. Por otra parte, el editor de KRK, Moisés Mori, ha publicado un extenso volumen dedicado a la autora Annie Ernaux con el sugerente título Annie Ernaux, Diario de lecturas (2005-2008). Ernaux tiene una obra extraña por lo directa y clara, una obra salvajemente autobiográfica y es sin duda una de las escritoras más leídas y debatidas en Francia. Resulta llamativa y saludable la presencia constante en los anaqueles de las librerías de España de otro autor peculiar, aunque por motivos bien distintos, Pascal Quignard, de quien Sexto Piso acaba de editar su interesantísimo Butes. Por último, se ha recuperado finalmente a otro escritor importante de las letras galas, a Pierre Bergounioux, de quien Ediciones Alfabia ha publicado su obra B-17 G, y Minúscula Una habitación en Holanda leer más…
Es admirable el vigor del quehacer literario francés, que tu crónica muy bien recoge. No en balde Francia ha sido siempre, al menos desde el XIX, el país más literario del mundo…