L´Estatut (y la ley)

El Tribunal Constitucional no merece respeto. Porque están caducos, porque están politizados, porque obedecen a razones de partido, porque están preocupados por quien va a ser el próximo presidente (Jordi Pujol, Ex-President de la Generalitat, 8.9.2009)
El cumplimiento del Estatuto chocará con resistencias e incomprensiones, pero nada impedirá que convirtamos en hechos nuestra voluntad de autogobierno (José Montilla, President de la Generalitat, Mensaje Institucional de la Diada de 2009, 10.9.2009)
Cataluña dice: “Queremos vivir de otra manera dentro del Estado español”. La pretensión es legítima; es legítima porque la autoriza la ley, nada menos que la ley constitucional. La ley fija los trámites que debe seguir esta pretensión y quién y cómo debe resolver sobre ella. Los catalanes han cumplido estos trámites, y ahora nos encontramos ante un problema que se define de esta manera: conjugar la aspiración particularista de Cataluña con los intereses o los fines generales de España dentro del Estado organizado por la República. Éste el problema y no otro alguno (Manuel Azaña, Presidente del Consejo de Ministros, 27.5.1932)
Digo, pues, que el problema catalán es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar; que es un problema perpetuo, que ha sido siempre, antes de que existiese la unidad peninsular y seguirá existiendo mientras España subsista; que es un problema perpetuo, y que a fuer de tal, repito, sólo se puede conllevar (José Ortega y Gasset, Filósofo y Parlamentario en Cortes Generales, 13.5.1932)
Tot és llegendari, incert, sensa forma, vagarós, inefarrable (Josep Plá, escritor, cir. 1976)
La rebelión frente a la ley ejerce, con frecuencia, mayor fascinación que su observancia. La ley sin embargo tiene una profunda y melancólica poesía; es el intento de hacer descender concretamente las exigencias de la conciencia a la realidad vivida –fatalmente un intento de compromiso, puesto que está obligado a echar cuentas con los límites de lo real, pero grande precisamente por esa ardua e ingrata confrontación con la dura prosa del mundo (Claudio Magris, Profesor de Literatura, 1996)
(La imagen es una reproducción del cuadro El espíritu catalán de Antoni Tàpies, 1971).

15 Comments L´Estatut (y la ley)

  1. Icíar 11/09/2009 at 08:58

    Te felicito, por el abanico de citas, en la que es difícil vislumbrar cuál es la posición del que las une.

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  2. delarica@unav.es 11/09/2009 at 09:04

    alguna de estas cosas quizá las une: el amor a Cataluña, a España, a la historia, al realismo político, a las leyes, a un elemental sentido del orden constitucional vigente, no sé, es como yo lo veo (ah, y el malestar con la profunda insensatez de nuestros gobernantes actuales)

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  3. Isabel Núñez 11/09/2009 at 09:18

    Yo casi no puedo decir nada. Participé en la batalla por el estatut y ahora, ante tanta corrupción y abuso y de la decepción terrible ante la política de CIU primero y el tripartit después, ya no creo en el estado de las autonomías, que a los que vivimos aquí sólo nos sirve para que nos cobren más y más impuestos y no nos den nada a cambio. Pujol logró llevar la educación en Cataluña a la cola de España, que a su vez está en la cola europea. Este gobierno NO ha cambiado de política ni ha aumentado la inversión. Todo eso por no hablar de lo que han hecho con el medio ambiente. Nos han tomado el pelo a todos. Se suponía que el nacionalismo defendía el amor al país, pero un país es algo más que una lengua, hay necesidades que cubrir, los impuestos no son para más escoltas y más coches oficiales, más edificios. Ahora hablan de destruir uno de los últimos parques de Barcelona para hacer un gran parking para el Parlament; me parece simbólico. Todo se ha hecho sin sentido común ni sensibilidad alguna, sin escrúpulos.

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  4. delarica@unav.es 11/09/2009 at 09:43

    creo que ambas cosas están relacionadas
    siendo así lo que dices, más grave resulta que esos mismos políticos se dediquen a desacreditar de antemano a las instituciones, cuando piensan que pueden (o deben) corregir o enmendar las leyes en curso, en un determinado sistema legal vigente
    se me ha olvidado poner las delirantes declaraciones de Rubalcaba afirmando que lo aprobado en referéndum en una comunidad autónoma está por encima de las sentencias del Constitucional: coño, ¿es que aquí nadie lee las leyes?
    y conste que no entro en el texto del Estatut.
    Es patético y supongo que se trata de la única forma que tienen de mantenerse en el poder, apelando al sentimentalismo
    pero es de una irresponsabilidad supina: no sólo quiere influir indebidamente sobre un órgano jurisdiccional, sino que está preparando y legitimando una reacción violenta al fallo del TC, lo que resulta sencillamente inmoral
    esto es posible también debido al desengaño, el malestar y la propaganda mediática

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  5. Isabel Núñez 11/09/2009 at 10:17

    Sobre todo es que carecen de autoritad moral para pedir nada, ¿qué han hecho aquí? A mí me parece ya demagogia pura, han convertido lo que fue una reivindicación popular y sentida para un autogobierno que nos librase de tantas lacras y hándicaps en todo lo contrario. Y el tripartit como izquierda tenía una responsabilidad histórica, que ha defraudado.

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  6. Icíar 11/09/2009 at 12:44

    Por ahí dicen, que este es un asunto que sólo interesa a los políticos, no a la mayoría de la población. De hecho, creo recordar, que ese referéndum tuvo poca participación, menos de un 50%, y de esa poca participación, sólo un 75% más ó menos votó a favor.

    Yo, que soy del sur, sur, nacida en Ceuta, aunque viva en el centro-este, no entiendo estas cosas.

    Si por mí fuera les daría a todos los independientes su independencia, y me uniría a Francia, por decir uno. ¿Somos un país tan grande y rico como por ejemplo para que cada comunidad tenga sus propias embajadas fuera de España?

    Desde luego…. que el ser humano es territorial, fieles a nuestro ADN común con los simios. Mientras tanto….. siempre se forran los mismos.

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  7. delarica@unav.es 11/09/2009 at 16:10

    si por mi fuera, en absoluto se debería hacer eso: si picas en el magnifico cuadro de Tàpies verás que están grabadas sobre la bandera catalana unas cuantas palabras: libertad, espíritu=materialismo, verdad, espontaneidad, igualdad, justicia, etc, etc; no son cosas exclusivas de los catalanes, ni de nadie, pero sí creo que en Cataluña se han vivido de un modo ejemplar
    para mí la cosa es sencilla, aunque comprendo que tal vez se trate de una ecuación muy particular: puede que Cataluña sin España sea más Cataluña, pero España sin Cataluña no es España.
    De todos modos, yo no estaba hablando hoy nada más que de una cosa: de respeto a la ley y al sistema legal vigente,
    aunque no escondo mis posiciones políticas, no me gusta hablar de política, y menos en el blog

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  8. Icíar 11/09/2009 at 18:59

    ¿Sabes? tienes razón. Y más, cuando ahora, casi va a empezar el concierto de Leonard Cohen.
    'First, we take Manhattan, then we take Berlin…'

    Me parece interesante lo que dices, muy interesante, mañana lo rumiaré.

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  9. Isabel Núñez 12/09/2009 at 09:13

    Qué gracia, Icíar, en mi último post puse un link a esa canción.
    Álvaro, hay poca gente por el país capaz de observar y seguir la realidad catalana con distancia y equidad, sin esos recelos que los políticos usan mezquinamente, y se agradece leer a alguien como tú, que intenta reflexionar y escuchar (o leer) las distintas voces.
    Antes he escrito autoritad y es que estaba pensando en el latinajo autoritas, perdón por la errata, quería decir autoridad ética, no impuesta por la fuerza.
    Ayer en una discusión se dijo que los políticos -gobernantes y oposición- sólo atienden a encuestas y mayorías, y por eso cada vez más, la gente situada en las "minorías" o harta de que nadie atienda a sus problemas, cada vez van menos a votar.

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  10. Icíar 12/09/2009 at 09:40

    No sé, Álvaro, no creo mucho en esas reglas, España no sería España sin Cataluña. Cataluña sería más catalana sin España, eso seguro. Pero utilizaré las palabras de Leonard Cohen, que reconozco sentir muy a menudo, como ahora:

    'Hay voces en mi interior que me están diciendo continuamente que me calle y me esté quieto, porque no hay nada que decir sobre este mundo, porque cualquier cosa que diga es una traición'.

    Magdalena, no, no voy a ir esta noche, más quisiera yo. Pero, si lo retransmiten, os estaré observando.

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  11. Icíar 12/09/2009 at 09:50

    Sí, eso es verdad, Isabel, y yo me reconozco culpable. Es un tema que si lo sigo, es con muy poca profundidad. Segura estoy que me pierdo muchos matices.

    Sobre la canción. Sí que es una casualidad… ¿ó será el subconsciente que nos hace esas 'buenas' pasadas?

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  12. paisajescritos 13/09/2009 at 08:40

    Tal vez sea interesante la tercera de ayer doce en el ABC de Jiménez de Parga "Autonomía no es soberanía", donde se valora la dimensión jurídico política de la Constitución. Sobre todo cuando habla de "realidad compleja pero no compuesta".
    Resulta difícil hablar del tema en su justa medida, como lo hace Álvaro. Es de agradecer.

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  13. el objeto a 13/09/2009 at 08:52

    A mí, que no me interesan tanto las leyes como quienes las hacen, para qué y el significado más oculto que tienen realmente, también lo que acallan, me ha gustado este post, algo triste para los que vivimos aquí. Adhiero a las palabras de los que sí entiendo, los poetas y pensadores de las palabras, Pla i Magris, también los intentos de coherencia derrotada de Ortega. Los políticos hablan otra lengua diferente que la mía, una en la que la palabra propia deja al otro fuera, expulsándolo de cualquier vana verdad. Una pena.

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  14. delarica@unav.es 13/09/2009 at 09:03

    es curioso esto que dices, de lo que tanto habló Platón, sobre el valor de la palabra de cada quien, la palabra en función de la función que cada uno juega respecto de los demás
    si alguien debiera integrar (buscar una unión más perfecta) son precisamente los políticos que en cambio excluyen y derriban puentes
    mi tesis, que es más vivencial que otra cosa (nací en el 65, de modo que he observado este período histórico con una fría pasión), es que durante la transición hubo políticos serios (yo podría citar cincuenta, de todas las tendencias) que ejercieron su función propia de intermediación
    y por eso sus palabras llegaban y eran eficaces
    ahora casi nadie cree en eso, y es una pena

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  15. delarica@unav.es 13/09/2009 at 09:05

    gracias Magdalena
    yo también leí el artículo de Jiménez de Parga
    uno de esos políticos a los que me refería en mi comentario anterior

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