Ingeborg Bachmann y Paul Celan

Dos correspondencias
Hace un año se publicó en español la Correspondencia de Paul Celan con Nelly Sachs (Trotta, 2007). Ese volumen contiene 126 cartas cruzadas entre el autor de Fuga de muerte y la gran poeta judía que vivió exiliada (en realidad habría que decir que vivió escondida, sumida en la más espantosa manía persecutoria) en Suecia y a la que le concedieron el premio Nobel de Literatura en 1967. A través de unas cartas y poemas llenos de ternura y amistad se puede recorrer la historia de la mutua admiración entre dos supervivientes y testigos de la Shoah.
Ahora se ha publicado por fin en Alemania la correspondencia de Celan con Ingeborg Bachmann (en la foto): Ingeborg Bachmann/Paul Celan. Herzzeit (Briefweschel). Editado por Bertrand Badiou, Hans Höller, Andrea Stoll y Barbara Wiedemann (Suhrkamp Verlag, 400 p., 24,80 €, 2008).
Una relación compleja
La amistad de Celan con la gran poeta austríaca fue desde luego mucho más compleja, ya que a la admiración mutua hay que unir el hecho de que fueron amantes, algo que sin duda marcó una relación que duró una vida entera. Se conocieron en Viena, inmediatamente después de la Guerra, antes de que Celan decidiera instalarse en París, donde se casó con Gisèle de Lestrange en 1952. Un encuentro en Wuppertal, en un seminario de literatura, reaviva una pasión amorosa que no obstante está condenada a extinguirse o a transformarse en algo distinto: Celan nunca quiso abandonar a su mujer y a su hijo Eric. Fue precisamente por entonces cuando la Bachmann comienza una relación autodestructiva con el escritor suizo Max Frisch. El volumen incluye las cartas que, entre 1957 y 1973, se intercambiaron la mujer y la amante, así como algunas cartas cruzadas entre Celan y Frisch.
¿Quién soy yo para ti?
¿Quién soy yo para ti? le pregunta una Bachmann desesperanzada en una carta de 1961. Por de pronto fue quizás quien antes y mejor comprendió la grandeza poética de Paul Celan, “esas oscuras palabras fúlgidas, que eran un viaje hasta el fin de la noche. Y ese Yo, en sus poesías, renuncia a un proyecto poderoso, a una autoridad prepotente, que obtiene una autoridad al no pedir nada para sí… de repente, por la estrecha limitación, le es posible decir algo, muy directo, sin claves. Le es posible porque dice de sí que va al lenguaje herido de realidad y buscando la realidad con su existencia”
Al final de una famosa conferencia, de la que he destacado estos breve pasajes referidos a su amado, Ingeborg Bachamnn destacó unos versos del poema Engführung (Estrechamiento), con los que a mí también me gustaría poner fin a esta entrada:
Una
estrella
cierto que aún tiene luz.
Nada,
nada se ha perdido.

2 Comments Ingeborg Bachmann y Paul Celan

  1. Anonymous 25/11/2008 at 13:33

    Se ha publicado ya el libro de la correspondencia entre ambos en España? qué editorial? Donde puedo conseguirlo?
    Gracias

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  2. Alvaro de la Rica 25/11/2008 at 20:37

    No se ha publicado. Pero se acaba de publicar en Siruela la correspondencia con su mujer. Hablaré de ese libro en los próximos días.

    Reply

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