Gino Rubert

La primeras imágenes de Gino Rubert que tuve entre las manos fueron las ilustraciones que realizó para Salomé de Oscar Wilde (Círculo de Lectores). El hecho cierto es que no me he podido olvidar de ellas. Más tarde, como a otras muchas personas, sus imágenes me han rondado (casi perseguido), al encontrármelas, una y otra vez, en las tapas apiladas de una trilogía de libros de moda que por alguna razón extraña todo el mundo desea leer. A mí no se me ha concedido el tiempo para leerlas, pero las caras y los cuerpos, sinuosos, de las portadas no me las puedo quitar de la cabeza. Son figuras salidas de Comala. Jamás la obra de Delvaux, ni la de Balthus por supuesto, han tenido ese poder sobre mí. Si pudiera expresar todo que veo, todo lo que siento, al contemplar la pintura de Gino Rubert… pero no puedo, o mejor aún, no debo. Reconozco que no sé si me acercaré a la Galería Senda en donde se expone hasta el 24 de octubre la obra última. No sé si me atrevo. No me apetece demasiado comprobar, más allá de su reproducción en imágenes industriales, cuál es la calidad real, presencial, icónica, de esos productos. Diréis que soy muy raro pero por si acaso yo no voy. Una vez leí una declaración suya, muy inquietante. Le preguntan si cree en el destino, y contesta: “No, pero sí compruebo a menudo cómo parece existir una tendencia superior que me conduce a equivocarme con una coherencia apabullante”. 

8 Comments Gino Rubert

  1. sara 24/09/2009 at 18:56

    Qué lúcido con lo del destino. Abrazo.

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  2. Icíar 24/09/2009 at 19:52

    Me gusta mucho esta entrada. Se presta a la polémica. Es incluso un tema de conversación.

    Esas imágenes tan raras de este tipo de mujer anoréxica, que da la sensación de esconder todo un drama, y que la verdad, ¿quién no ha pasado por los escaparates y se ha parado en seco frenándose con los talones para ver estas portadas? De hecho yo pensé que el éxito de la trilogía era por la portada. Luego no he encontrado a ni uno sólo que no me haya dicho que los libros sí merecen la pena. En fin, parece ser que no corresponde con lo que esconde el traje del emperador.

    Afortunadamente, tengo otros primero delante, como los 3 de Isabel Núñez por ejemplo.

    Si pudiera, sí iría a ver esa exposición, y además con interés, me producen curiosidad ¿es una exposición de muchas obras ó de una sóla?

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  3. Icíar 24/09/2009 at 20:12

    Y lo del destino, que en realidad es una respuesta negativa en apariencia, aunque sea afirmativa. Está muy dentro de la moda actual. Es ese juego actual. Ese juego del absurdo, que a mí en particular me divierte.

    (a lo mejor es que no lo he entendido, ¡claro¡, yo creo que en realidad ha contestado que sí cree en el destino)

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  4. Icíar 24/09/2009 at 20:23

    …… y el de Sara cuando me llegue.

    …… y el de Álvaro de Kafka cuando sea mayor.

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  5. delarica@unav.es 24/09/2009 at 20:27

    pues el mío no te lo recomiendo

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  6. Icíar 24/09/2009 at 20:31

    ¿Ah no? pues entonces no voy a esperar a hacerme mayor.

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  7. paisajescritos 25/09/2009 at 06:25

    He tenido una sensación parecida a la que comentáis. Estuve a punto de comprar la Salomé ilustrada. De ahí salté a las imágenes de la dichosa trilogía (qué fino Álvaro "a mí no se me ha concedido el tiempo", a mí tampoco), y cierto que insinuaban un contenido inquietante (cuando menos, que es lo primero que puedo decir de GR y de sus imágenes que son iconos). Son libros que han tenido portada muy afortunada pero… no me digáis, con esos títulos (luego fui oyendo y leyendo comentarios) se te quitan las ganas de abrirlos. Bueno, de los títulos de Hemingway se decía lo mismo.

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  8. delarica@unav.es 25/09/2009 at 07:09

    procura hacerte con él: la traducción es buena, de Pere Gimferrer, y las ilustraciones, muy buenas

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