Quiero hablar de la última deserción, una de las más dolorosas, del planeta Gütenberg. La verdad es que no era probable que ocurriera, pero sí posible. Me refiero al abandono, verificable en el ámbito universitario, de la escritura de libros. Las causas pueden ser muchas, pero la práctica instalada a escala universal, según la cual los libros se desprecian en la valoración de la actividad de los profesores, es en realidad una nueva invasión bárbara. Ahora cuentan, en ciencias pero también en letras, los papers, además hay que decirlo así, en inglés, y los libros apenas pasan inadvertidos e ignorados por unas gobernantes universitarios que prefiero pensar que no saben lo que tienen entre manos. Europa no se ha hecho, ni se hará (más bien se está deshaciendo) con papers sino incluyendo, en trabajos de largo alcance, las cosmovisiones que todo libro que se precie incorpora como uno de sus valores que lo constituyen. ¿Nos extraña después que, si los profesores no escriben libros,  con todo lo que eso implica de pasión, de ambición intelectual, de esperanzada ilusión, los alumnos no los lean? Hoy se generaliza el hecho, en el mundo universitario, de que nadie desea estar en su papel.

Pensaba esto al leer con verdadero placer intelectual Los cuentos de Miguel Torga. Historia de un reino maravilloso (Luso-Española de Ediciones, Salamanca, 2013), el trabajo de la profesora María Noguera sobre la narrativa breve de Miguel Torga. Un corpus fenomenal, de más de cien relatos incluidos en libros tan extraordinarios como lo son Bichos,  Cuentos y Nuevos cuentos de la Montaña, Rúa y Piedras Labradas. Cualquiera de esos cinco libros hubieran justificado de sobra el apelativo de clásico. María Noguera lo explica con claridad. De una parte está la asombrosa asimilación que el portugués hiciera de la tradición narrativa patria pero también de todo el universo letrado de Occidente. De los griegos y la Biblia a Unamuno, Torga relee su realidad con los ojos del tiempo, de ese tiempo lento y maravilloso que se sedimenta en los libros. Noguera sigue, después de una descripción del contexto, cada uno de las líneas de fuga del impresionante conjunto. Recoge los temas principales de su obra, los elementos significativos y expresivos que convierten cada cuento en una perla por berrueca preciosa.