Autor: María Luisa Elío (Epílogo y edición de Alvaro de la Rica)
Editorial: Ediciones Turner.
Páginas: 181
Publicación: 2002
ISBN: 8475065333
Precio: 18.00 euros
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Un fragmento
María Luisa Elío nunca se consideró a sí misma una escritora; en esto recuerda a Marisa Madeiri, la autora de Verde agua, el bellísimo relato del exilio de una niña de Fiume con el que Tiempo de llorar guarda un íntimo parentesco: dos autobiografías que, a mi juicio, formarán parte de los auténticos anales de la historia terrible del siglo XX. Carentes de toda retórica, escritas desde la más absoluta entrega al propio destino, son obras libres y perfectas que se sitúan hors comerce; como diría Thoreau, están más cerca de la naturaleza que de la cultura. Aquello que cuentan es demasiado importante como para hacer de ello una profesión.
Reseñas y entrevistas
Victor Iriarte: “La impresión que le causó volver a ocupar la casa de la avenida de Carlos III, probar los sabores de la infancia y recorrer los lugares ya cambiados que sobrevivían en sus recuerdos, y especialmente el pueblo de Barañáin, en su día un poblacho de cien habitantes y ahora una ciudad dormitorio de 20.000 ciudadanos, lo plasmó en un libro de recuerdos, una auténtica joya literaria, que recomiendo especialmente, Tiempo de llorar (México, 1988), cuya primera frase es definitiva: “Y ahora me doy cuenta que regresar es irse”. Pocos han reflejado como este libro la triste condición del exiliado, que es eterna, pues nadie regresa al lugar del que escapó, que solo sobrevive en los recuerdos, sino a otro ya diferente”.